RESUMEN:"Tras pasar por Othime para ayudar me dirijo a mejorar la planta de energía".
Hera Tani parece mucho más enfadada de lo normal. Mira la Cobra y me mira de reojo mientras se acerca decidida.
- ¿Y esta nave?- Levanta la mano y toca los hidráulicos de uno de los trenes de aterrizaje.
- Buenos días Hera ¿Qué tal todo? Necesito tu manos mágicas para mejorar la planta de energía de esta belleza.-
Al escuchar hablar de sus manos, Hera acentúa su cara de enfado; gran error por mi parte. - ¡Siempre alguien recordando mi pasado! ¿Cómo si a tí no te lo hiciesen? ¿eh? ¡Federal genocida!-
- Tienes toda la razón Hera. Perdóname no era mi intención molestarte.-
- Sí conoces mi pasado es que el Barón te lo ha contado. ¿Tu nunca me has contado cómo conociste a Frederic?-
-Vale, me parece justo. Te lo cuento si mejoras la planta y me dejas el apartamento de las visitas para darme una ducha. ¿De acuerdo?-
Una vez aseado y tomando una ración de arroz especiado y una cerveza en la cantina. Hera se sienta a mi lado con tres cervezas preparada para escuchar mi historia.
***
- Como bien sabes, porque me lo recuerdas cada vez que me ves; durante muchos años fui piloto federal. Tal era mi condición y mi formación que llegué a comandar los "Vulcan lynxs", un grupo de élite formado por mercenarios entrenados para todo tipo de misiones.

Una vez liberados, nos hicimos con una nave de escape en una de las darsenas, una flamante nave de lujo que se encontraba en una dársena. Al entrar un joven se arrodilló ante nosotros y nos suplico ayuda. Era hijo de un rico empresario. El conflicto estalló cuando estaban en el planeta, su anciano padre se había resistido a la detención y le habían pegado hasta enviarle al centro médico de la base. Eran inmensamente ricos y prometió pagarnos mucho si lo rescatabamos. Mis compañeros no pusieron ninguna objeción, como te digo la mitad eran mercenarios.
Llegar al centro médico fue muy fácil, pero cuando estábamos intercambiando disparos con los insurrectos de la puerta, saltaron las alarmas orbitales. Una nave imperial de clase Majestic se acercaba a la órbita. Supongo que también habrían secuestrado a funcionarios imperiales; pero el Imperio no negocia con terroristas. Solucionar el problema suponía bombardear el planeta y terminar con el problema de manera efectiva.
Los insurrectos comenzaron a huir y di órdenes a mi grupo de volver a la nave y poner a salvo a los federales rescatados. Busqué un transporte terrestre para llevar una cápsula de escape donde depositar al padre y buscar otra nave para escapar. Con ayuda del hijo metimos al padre que se encontraba sedado en la cápsula y registramos los hangares hasta dar con una Sidewinder abandonada por algún piloto. Expulsé la cápsula original de la nave e instale la del herido. Por suerte la nave estaba configurada para el combate y pude reventar todas las puertas hasta escapar mientras los proyectiles imperiales caían desde el cielo.
Una vez en el espacio fuera de peligro contacté con la nave de lujo, habían tenido problemas con la escolta imperial de la Majestic y habían saltado a otro sistema rumbo a la base más cercana. La Sidewinder no tenía mucha capacidad de salto por lo que propuse al hijo dejarles en el primer puerto que encontrásemos.
La respuesta del joven me dejó perplejo. Estaban pasando apuros económicos y no tenían liquidez para pagarnos por el rescate en ese momento, pero si les escoltaba y llevaba a un sistema imperial donde tenían otra nave, podrían venderla para pagar la deuda adquirida o simplemente dármela para que yo hicieses lo que quisiera. Admiré la decisión y determinación de aquel muchacho. Un mercenario al ver que no tenían dinero, los hubiese arrojado fuera de la nave. Contacte con mis compañeros y les dije que si preguntaban los mandos por mi, dijeran que no sabían si había muerto en el ataque. Ya me las arreglaría para volver de entre los muertos y también con el permiso de sus dueños; que vendieran la nave de lujo para cobrar lo prometido por el empresario.
Mientras la pequeña nave realizaba con dificultad los saltos y parábamos en todo tipo de estaciones para rellenar el combustible. El padre despertó y tras hablar con su hijo vino a darme las gracias y a preguntarme quién era. Escucho detenidamente mi nombre y mi graduación y volvió a asegurar que me pagarían al llegar a Cubeo.
Cuando la resaca me dejaba pilotar seguíamos camino hacia Cubeo, hasta que el padre veía el mapa estelar y recordaba que conocía a alguien en un sistema cercano y parábamos en otra estación donde nos tenían ocupados un día más.
Cuando llegamos a Cubeo éramos como viejos camaradas listos para la fiesta de despedida y la promesa de volver a vernos. Nada más llegar al sistema, una Majestic nos cortó el paso y nos obligó a acoplarnos para ser abordados. Les dije a mis amigos que seguramente era por ser piloto federal y que no se preocupasen. Al entrar la guardia imperial ya me encontraba de rodillas y con las manos en la nuca para recibir un culatazo. Cuando el soldado levantó el fusil escuché algo que me dejó boquiabierto.
- Guardia, como toque a este piloto me encargaré personalmente de que termine sus días en la mina de galita más remota del Imperio.
El oficial de la patrulla se acercó. - ¡Pero Barón Von Straussman! Este piloto puede ser un espía federal y no podemos dejarlo sin interrogar.
- Le doy mi palabra de que no es un espía y es libre de volver al espacio federal. ¿O prefiere que lo discutamos delante del Emperador en persona?
La frase hizo que todos los presentes dieran un paso atrás y milagrosamente salí del sistema sin un solo rasguños. De vuelta al espacio federal, en la nave saltó una alarma desde una de las cabinas. Al entrar había una botella de Brandy laveño y una carta dirigida a mi.
"Querido Sak, si estás leyendo esta carta significa que he llegado sano y salvo a Cubeo. Estarás confundido pero sigue leyendo y te lo explicaré todo.
Soy el Barón Von Straussman, asesor y amigo personal del Emperador Hengist Duval. Me encontraba en una misión no oficial en 28 Doradus cuando los integristas me apresaron para pedir rescate. Pero providencialmente mi escolta te convenció para rescatarme antes de que se activará el protocolo de bombardeo imperial. Luego para no levantar sospechas, venir en esta nave ha sido perfecto porque por el camino mi escolta ha podido recoger información sobre mi delator mientras nosotros nos divertíamos.
Te pido disculpas por haberte engañado de esta manera, pero quiero que sepas que todo el tiempo que hemos pasado juntos de camino a Cubeo me ha servido para descubrir a un piloto excelente y quiero que sepas que salvando las diferencias mi casa siempre estará abierta para tu visita y si alguna vez necesitas mi ayuda no dudes en pedírmela, porque para mí ahora eres como un hijo.
Espero que vengas a visitarnos para bebernos esta botella juntos.
Atentamente Frederic Von Straussman."
Soy el Barón Von Straussman, asesor y amigo personal del Emperador Hengist Duval. Me encontraba en una misión no oficial en 28 Doradus cuando los integristas me apresaron para pedir rescate. Pero providencialmente mi escolta te convenció para rescatarme antes de que se activará el protocolo de bombardeo imperial. Luego para no levantar sospechas, venir en esta nave ha sido perfecto porque por el camino mi escolta ha podido recoger información sobre mi delator mientras nosotros nos divertíamos.
Te pido disculpas por haberte engañado de esta manera, pero quiero que sepas que todo el tiempo que hemos pasado juntos de camino a Cubeo me ha servido para descubrir a un piloto excelente y quiero que sepas que salvando las diferencias mi casa siempre estará abierta para tu visita y si alguna vez necesitas mi ayuda no dudes en pedírmela, porque para mí ahora eres como un hijo.
Espero que vengas a visitarnos para bebernos esta botella juntos.
Atentamente Frederic Von Straussman."
Guardé la botella que ha sido la primera de muchas que he disfrutado con mi buen amigo el Barón. Y eso es toda la historia de cómo nos conocimos.
***
- Nos la debemos mutuamente.- Digo esbozando una sonrisa.
- Jamás hubiese imaginado una historia así. No entendía vuestra relación de amistad pero ahora me queda claro. ¿Y durante el viaje no sospechaste nada?-
- ¿El qué? ¿Qué un viejo magullado y amante de las fiestas, el alcohol y todo tipo de excesos era la mano derecha del Emperador Duval? Pues si te soy sincero para nada. Descubrí que imperiales y federales no somos tan diferentes como yo pensaba.-
La ex miembro de los "Jet Rats" asiente con la cabeza y se dirige a su taller para realizar el encargo que he le pedido.
Hera ha hecho un trabajo excelente y la nave tiene energía de sobra para mejorar cada módulo. Ahora tengo que dedicarme a recoger los diferentes materiales, datos y minerales necesarios para las mejoras.